1 de junio de 2020.- Castilla y León cuenta con sesenta y siete centros federados y cerca de cuatro mil jinetes y amazonas federados. Como al conjunto de la sociedad, la crisis del COVID-19 ha supuesto un parón en las actividades de centros y deportistas del ámbito ecuestre, con los efectos negativos. Debemos recalcar que para estos centros la situación ha conllevado un importante perjuicio, pues si bien se han visto obligados a cerrar sus actividades cara al usuario –con el consiguiente perjuicio económico- el mantenimiento de los caballos (alimentación, limpieza, servicios veterinarios y de herraje, entre otros), y con ello el gasto económico, se ha mantenido.
Ahora, con la vuelta en fases a la nueva normalidad, los centros hípicos reanudan poco a poco la actividad, dentro de las limitaciones marcadas por las autoridades. Así, en esta Fase 1 en la que se encuentra Castilla y León, las instalaciones hípicas abren ya sus puertas.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Por supuesto este proceso de reapertura conlleva un cuidadoso protocolo. Antes de la reapertura de la instalación se lleva a cabo su limpieza y desinfección. En cuanto a la propia actividad deportiva, esta requerirá la concertación de cita previa con la entidad gestora de la instalación, y se organizarán turnos horarios, fuera de los cuales no se podrá permanecer en la instalación.
La propia práctica de equitación conlleva, desde siempre, una separación de seguridad entre los practicantes, separación que cumple sobradamente la distancia social de seguridad de dos metros que ahora se impone con motivo del Covid-19.
Asimismo, se respetará el límite del treinta por ciento de capacidad de aforo de uso deportivo en cada instalación, tanto en lo relativo al acceso, como durante la propia práctica, habilitándose un sistema de acceso que evite la acumulación de personas y que cumpla con las medidas de seguridad y protección sanitaria.
Pueden contar los deportistas un entrenador, de forma individualizada, en el caso de que resulte necesario, circunstancia que deberá acreditarse debidamente. Y por supuesto en el caso de las personas con discapacidad o menores que lo requieran, pueden contar con la presencia de un acompañante.
A la finalización de cada turno se procederá a la limpieza de las zonas comunes y, en cada turno, se deberá limpiar y desinfectar el material compartido después de cada uso. Al finalizar la jornada se procederá a la limpieza de la instalación.
Fuera de los centros hípicos y o clubes, se puede realizar, en esta fase 1, la práctica de actividades hípicas en cualquier franja horaria en poblaciones de menos de 10.000 habitantes. En caso de poblaciones que superen este número de habitantes, se permite en cualquier franja horaria salvo de 10:00 a 12:00 y entre 19:00 y 20:00.
¿POR QUÉ MONTAR A CABALLO?
La hípica es un deporte muy antiguo y al mismo tiempo muy moderno, perfectamente integrado en la creciente corriente de sensibilización por el entorno natural y que se practica en igualdad de condiciones sin distinción de sexos.
Hablamos de montar a caballo, de la equitación, un deporte para todas las edades que conlleva una serie de virtudes en el plano lúdico pero también en el de la formación. En unos tiempos en que estamos acostumbrados a tocar un botón y que un ordenador, un teléfono, un automóvil empiecen a funcionar sin más, el contraste de practicar una actividad con un ser vivo, con su personalidad, su sensibilidad, sus reacciones o sus estados de ánimo, aporta unos elevados valores educativos.
El trato con el caballo, tanto pie a tierra como montado, es muy importante para formar la personalidad de ahí su perfecta adecuación como deporte para niños y adolescentes pues potencia entre otros valores la responsabilidad, el orden, la paciencia, la capacidad de entendimiento, el equilibrio, la coordinación de movimientos o la autodisciplina.
La Federación Hípica de Castilla y León pone a disposición de los interesados en su web http://www.fhtcl.com, toda la información sobre el proceso de desescalada de los centros federados.