La final comenzó con cierto respeto entre ambos equipos. Tres Cantos-Canfranc y Munia Panteras habían acabado su partido de la fase de grupos en la tanda de penaltis y tanto madrileñas como vallisoletanas sabían que un fallo podía costar un título. Las de Patrick Sebek esperaron unos minutos para comenzar a presionar arriba y eso les dio la pastilla. Gracias a ello, llegaron las ocasiones, como una clara de Ana Sierra y Sonia Abón, a la que no llegó esta última por poco. Era el minuto 10 y el cuadro pucelano doblaba en lanzamientos a su equipo. Sonia y Ana tuvieron otras dos seguidas, que evitó la portera del Tres Cantos, Cristina Ostafiychuk, que mantenía a su equipo con el empate.
A pesar de las ocasiones, varias, y de la posesión, el primer power play de la final fue a favor de las tricantinas, que no pudieron batir a María Sierra. La expulsión fue polémica, como volvió a serlo la segunda, de nuevo en contra de las vallisoletanas, ya al filo del descanso, al que se llegó con 0-0 y una menos aún del Munia Panteras.
Las pucelanas volvieron a defender bien la inferioridad pero solo un minuto después llegó la tercera en contra, lo que obligaba a otro esfuerzo defensivo muy seguido. El físico podía hacer mella en un equipo que afrontaba su sexto partido en tres días. E hizo, con un lanzamiento de Vega Muñoz, que no pudo retener María Sierra y que Luana Granado aprovechó. Era el 4 de la segunda mitad y tocaba remontar.
Y a ello se pusieron las vallisoletanas, presionando, recuperando el disco y volviendo a tener ocasiones con igualdad de jugadoras en la pista. Las Panteras encerraron a su rival, tuvieron oportunidades de todos los colores, pero no encontraban el gol. De hecho entraron en el minuto final con ese 0-1, arriesgando ya con portera-jugadora. Y el riesgo, la presión y las ocasiones tuvieron su premio a 27 segundos del final, con un lanzamiento lejano de Ana Sierra a la misma escuadra. Empate y a la prórroga.
En ella, con gol de oro, ambos conjuntos se lanzaron a por ese premio. Comenzaron intentándolo las madrileñas, con buenas respuestas de María Sierra; para coger el testigo las vallisoletanas, que seguían doblando en lanzamientos a su rival. Elisa Díez rozó el tanto. Justo antes de que Ana Sierra cogiese de nuevo la pastilla en su campo y se lanzase a por el gol, lográndolo de nuevo de un tiro lejano, esta vez por un lateral. La diana daba el título europeo, por cuarta ocasión, al CPLV.